sábado, 14 de noviembre de 2009

23


son tantos los que me acusan de guerrero espiral
de viento en remolino, de vivo en tuba ajena y enterrada
es eterno el sabor de decesperación de mi paladar
pues son inalcanzables las libaciones gratuitas

la carrera partió bajo un baiben en septiembre
un segundo de intranquilidad que me llamo la atención
que me aseguro ser la clausura de aquella puerta gris
que me aseguro un viaje a lo infinito y a la ternura que lo mantiene vivo


2 fue el arma empuñada y 3 fue el soldado
juntos me subieron al lomo de un caballo de alas moradas
fueron turistas sin fin a miles de sueños sin escribir
que quedarian en argumentos volando entrañablemente
a las afueras del mundo soñado
un septiembre que no fue una puerta si no un candado miserable


fueron ocho miradas, ocho palabras
pero un alma incompleta, un cuento sin final aparente
una condena impuesta por un verdugo de grandes ojos café
pero tube que vivir después de mi muerte
viendo las señales de una injustificable despreocupación
que me gritaron a la cara
lo que no que no quise oír, lo que no quiero oír


es que me hiere como mercenario recurrente
me persigue a todos lados o lo llamo sin querer
pero cuando lo pierdo, justo derrepente
tu cruz se me presenta y te encuentro al frente
ahí, sentada, tan callada y al frente mio


esta embarcación encayó en su bosque
en el horizonte mas bello pero prefiero saltar
siempre camine sobre la popa sin gloria
como un mosquetero desarmado cuyos sueños sin escribir
se quedaron a las fueras del mundo soñado



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